CALAHONDA (GRANADA)

Este fin de semana he estado en Calahonda, Graná (sí, no Granada... es Graná), con el amigo Antoñico, usease, Bajo Cantor (allí, decía “bajo” y no sabían de quién hablaba... qué gente más rara...). Aprovechando la ofertilla de Dardanus, muy apañá, y con Bajo como anfitrión de lujo, no me pude resistir.

Así, que el viernes, según salí del último examen, me puse en camino. A las 21:00, tenía una cita con Bajo (chicas, ¿a que me envidiáis?) para ver si era posible hacer una nocturna. Mi primera vez... Fuimos a un sitio muy facilito, el embarcadero que estaba como una balsa, y con el agua muy calentita (21ºC de mínima) después de unos días de temporal de levante. Con los nervios de la primera vez, nos echamos al agua casi a las 22:00. Mi primera impresión, coño como alumbran los focos... El que me prestó bajo, de 20W, iluminaba muchísimo. Y su Dragon, te cagas. Hacía el día... Y nada más meter la cabeza, la bioluminiscencia. Sí, lo había visto en la tele... pero tener puntitos de luz verdosa delante de ti, no es lo mismo que verlos en 625 líneas. ¿Que qué vimos? Pues mirad, los escorpénidos al completo: escorporas, cabrachos, rascacios, poyos, escorpiones... Para ser sincero, no sé cuál es cuál, pero tengo clarísimo que había 4 o 5 tipos distintos: unos más rojos, otros más marrones... unos mas chatos, otros más barbilludos... unos con más espinas, otros con menos más gordas... Vamos, una manta de ellos. Además de todo lo típico (salmonetes de roca, salmonetes, sargos, mojarras, fredis...) me llamaron la atención las castañuelas, preciosas azuladas a la luz del foco. Un pequeño congrio (realmente pequeño... unos 30cm) estaba de paseo, y un poco más allá otro dentro de un trozo de tubería. Bastantes morenas, una de ellas salió completamente de su escondite, cambiando de agujero... buen susto me dio la hijap... Dos pulpitos, una jibia... y los omnipresentes Dardanus, con entre una y tres anémonas en la concha... Entre tanto, Bajo liado contando las patas de las estrellas de mar: que si esta sólo tiene 4, que si aquellas tienen 6... ¡coño! Una con 5... Las alicia mirabilis abiertas en todo su esplendor. Ofiuras a las que les sentaba peor la luz del foco que a mi un domingo por la mañana... Así, y viendo cantidad de crustáceos entre las anémonas, sastres bajo las piedras, quisquillas, un santiaguiño y una pequeña langosta nada más bajar, fuimos hasta las “gorgonias de bajo”, que adora con cariño, y que también han sido mis primeras gorgonias rojas :D Las orejas de mar, no deben ser primas de los caracoles... porque no veais cómo corrían las muy pillas... Y por las paredes, los famosos “astroides calicularis” que abundan por la zona.

Fotos: Antonio Fernández (Bajo Cantor)

Con la boca abierta aun por la inmersión, y a pesar de la paliza que nos dio un lugareño mientras nos sacábamos los equipos y endulzábamos en la caja de Bajo, nos fuimos a por las cevecitas y otros complementos de mal vivir, pero es que no veas cómo se abre el apetito... Por cierto, saludos a la chica de “los tubos” que nos atendió muy de buen ver... digo... muy bien.

Con la tontería, me fui a la cama a las 2, y había que madrugar. Mi cuerpo se olía algo (“se olía”, no “olía a”), y me desperté a la primera del despertador (cosa muuuuuuy rara en mí... y en otros, ¿verdad?). Y a la hora prevista, rumbo a La Laja. La inmersión transcurre en tres niveles, a 6-10 m, 15-18m y 25-27m. Me dejó alucinado la cantidad de nudis y planarias que vi. Planarias para aburrir... Además, Bajo me dijo “esto no es Águilas... aquí hay menos bichos”. Un congrio. ¡Mira! Otro. Una morena. Otro congrio, jo, qué grande. Otro congrio. Dos morenas en 1m. Un congrio enorme herido de guerra en la cabeza... Total, que ya veía congrios y ni avisaba al guía... Todo esto, rodeados por innumerables fredis, castañuelas, julias, salpas, sargos... Pero no vi obladas. ¿No hay en esta parte del mundo? Por lo visto, es una buena zona para ver peces luna, pero na de na... se enteraron q iba yo y se fueron... Varias brótolas ‘de ración’, y mucha, mucha vida adherida a las rocas. Con la peacho corriente que nos pilló al bajar, el aire escaseaba, y a los 47 minutos hubo que salir. ¿El agua? 21ºC de mínima... Si es que fui yo y llevé las buenas temperaturas...

Casi sin levantarme de la siesta, y sin darme cuenta, estabamos en la Rijana. Es una cala a la que se accede en coche, y la inmersión transcurre alrededor de un enorme bloque de piedra atravesado por varias galerías y pasillos... Cuidadín con lo que señaláis, que hay poca profundidad y los jodíos pinchotas están al acecho... Quizás fue la inmersión más pobre de vida (¿los jodíos pinchotas?), aunque el paisaje era muy bonito y los pasillos cubiertos de astroides calycularis daban un toque muy... amarillo al tema. Creo que el nudibranquio gigante asesino de palos se vino para acá, porque madre mía... Otra curiosidad fue ver el primer camarón limpiando una pequeña morena... La foto está hecha desde lejos ya que mi camara perdió el macro de nacimiento, así que... Como había aire (y ganas) Miguel, mi compi-guía, me llevó a ver unos piedros que había por medio de la calita... y por el camino, una platija (para mi, un lenguao) nos entretuvo con sus ojos saltones y su nado tan particular. Vaya, 50... pa fuera. En la playa, junto a unos árboles, las cabras montesas hacían honor a su nombre... Fauna dentro y fuera... y los jodíos pinchotas dando por saco.

La Rijana, lugar de la inmersión

Loa atroides calycularis cubrían todas las paredes

Detalle de la morena en la que se puede ver (más o menos...) el camarón

Qué alegría, qué alboroto... qué sueño. Hasta mañana. A las 9:45, de nuevo, como un clavo en el centro. Hoy volvía Bajo conmigo... He de decir, que como guía de bichos no tiene precio... En la playa, más cabras montesas... Fuimos a Calahiguera, entre la Laja y la Rijana... Como aquí no te lleva a bucear, sino que te echan al agua (así lo dicen ellos... ¿nos echamos? ¿no nos echamos? A ver dónde nos echan...), pues nos echamos al agua. La inmersión, PRECIOSA, transcurre entre unos bloques de piedra enormes, del tamaño de una casa. En los pasillos que hay entre ellos, y alrededor, vimos el banco de castañuelas más grande que se pueda imaginar. Mirases dónde mirases, miles de ellas formaban una masa muy muy compacta de pequeños peces... Y un poco más allá, un banco de lisas buscando desayuno... De todo lo que se pueda pedir a una inmersión, peces, paisaje, luz... Pero lo mejor nos esperaba para la vuelta. Como había aire, dimos un paseillo hacia la costa... y bajo puso a prueba mi flotabilidad a 2 metros un rato, viendo un banco de lisas y yo rezando por no irme pa arriba... Volvemos para dentro, y en esto Bajo me señala la arena junto a unas piedras. Antes de eso, él había sufrido un Expediente X con su máscara, y ahora me señala la arena. <<Este hombre está fatal>> pienso... Me agarra del brazo, de dice que me aparte, y sigue señalando a la arena. <<Fatal>>... en lo que agarra mi pizarra (pizarra de fabricación casera y buen resultado, por certo) y escribe TORPEDO (jarl, eres un pecador de la pradera... torpedo) me entra el descojono padre... ¿estaré narcótico a los 6 metros? Me pinta lo que podeis ver aquí abajo, y por fín veo la estampa: UN TORPEDORL!!! Sí, una tembladera. Sí, ese animal que no sabía yo que pega unas descargas de la leche... Bueno, tampoco lo comprobé, digo “si me aparta será por algo...”. Pues después de verla bien detenidamente (verla, porque era Torpeda y estaba preñá) sale nadando entre los dos, a toda leche, y yo detrás a sacar la foto... Ya las pondré, no prometo nada... Un animal encantador. Y en estas tonteridas estábamos, cuando mito y los 50 min planificados estaban llegando a su fin. De camino al fondeo muchos detallitos... y en la paradinha veo que arriba, los del barco, están bañándose (hasta los OO de esperar). Pero no fuimos (para consuelo) los últimos...
Y esto sería todo... si no fuera porque había dos pobres botellas en el centro diciendo “respiradnos... r-e-s-p-i-r-a-d-n-o-s... respiradnos...” y claro, yo que soy un chico fácil, me dejé llevar. Y bajo, a pesar de la ferrea resistencia, tuvo que venir porque habíamos quedado con su mujer a las 14:00 y eran las 12:00... y claro... no se iba a quedar sólo... y yo necesitaba compi-guía... Excusas aparte, nos echamos de nuevo en el embarcadero, a ver qué tal estaba de día. Con un fondo tan limoso y tan rico, mucha vida aunque la visibilidad no era para echar cohetes. Fotos no, y a disfrutar. Más nudis!!! Y un par de ellos de un modelo nuevo para mi. Mirando uno de los típicos, digo “coño, eso me suena”. Claro, era la pelleja de una morena... Sigo la grieta y ¡¡zás!! La morena con su camarón haciéndole de dentista... A L U C I N A N T E. Vamos, de foto de sección fotochups. Planarias, cabrachos mil, castañuelas, salmonetes, julias... ¿sigo? Y en un esqueleto de un erizo, ¿qué es eso que sobresale? ¡¡¡una mula!!! No, coño. No una mula mezcla de burro y yegua, sino esos primos de los caballitos de mar... tan majos... No habíamos acabado de disfrutar la mula, cuando veo el sastre más grande de los que había visto. Pero claro, no era idiota y se piró... Muchos cangrejillos en las anémonas (igual que en la nochurna) y eso tan curioso que nos llama la atención: el pez viviendo en contacto simbiótico con la anémona... pero no era un payaso, sino un gobio. Como detalle curioso, decir que la inmersión llega hasta un “pecio” singular: una antena repetidora que ha caído desde lo alto del acantilado. Y por allí, encontramos un libro en árabe/hebreo (perdonadme, pero no sé las diferencias...) con prólogo en inglés, que bajo ojeó y hojeó... y una silla de playa “nuevecita”   ???    Todo esto, más las “gorgonias de bajo”... y un sinfín de detallitos, que hacen que no dude en volver en cuanto tenga ocasión.

Esta foto no es mía, pero no citan el autor en la web

Foto: Fernando Ros

Vaaaale, ni el camarón ni la morena eran iguales a los de la foto... pero es para dar una idea a los que no lo han visto nunca :D

Y diréis, ¿por qué esto de bucear es lo peor? Pues muy sencillo... porque de vuelta, al pasar por Granada, me surgió ¡¡voy a subir a sierra nevada!! Pues no, listillo... no sea que te de un jamacuco por haber estado buceando hace sólo dos horas... y es la sexta vez que paso por allí y no subo... Así que todo tiene su lado malo... aunque en este caso no me importe.